SIN RETORNO

Una comunidad que no podrá volver a su tierra por culpa del conflicto armado.

Peñas Coloradas es un corregimiento a orillas del Río Caguán, ubicado en el norte del departamento del Caquetá y perteneciente al municipio de Cartagena del Chairá. Para 2004, según registros de los libros de sus juntas de acción comunal, este lugar contaba con más de dos mil habitantes. Para abril de ese mismo año se llevó a cabo la operación militar denominada JM, que terminó por provocar el segundo desplazamiento más grande del país; cuenta uno de sus lideres que tanto la Policía como el Ejército Nacional, instalaron trincheras frente a las viviendas, maltrataron a las mujeres, acusaron a los hombres y presionaron la salida de la gente, esta toma indiscriminada del territorio interrumpió los proyectos de vida de las personas. Tras el desplazamiento continuó el sufrimiento, fueron acusados de rebelión, familias se rompieron, las que se quedaron allá estaban entre la espada y la pared, entre el ejército y la guerrilla. Al cabo de unos meses saquearon las casas, Peñas Coloradas se convirtió en un pueblo fantasma logrando tensión y miedo en el río. Para nadie es un secreto que la economía de este poblado en ese entonces dependía de la coca, pero también para ninguno es un secreto que era justamente la falta de oportunidades y la presencia civil del Estado fue el que llevó a muchas familias a vivir de esa economía.

Hoy en día Peñas es un pueblo fantasma del corazón de la Amazonía colombiana, donde opera la base militar de la Fuerza de Tarea Conjunta Omega. El juzgado Cuarto Administrativo de Florencia ha aprobado el peritaje que les permitirá hacer un aproximado de los daños materiales causados, esta serie fotográfica retrata a las personas que fueron a ayudar al perito a reconstruir desde la memoria el pueblo. Hoy sus viviendas se encuentran en gran estado de deterioro por culpa de la humedad de la selva, el saqueo, la quema de otras y la tumba de otras por parte de los militares, aseguran sus dueños.